Exponer las etapas de la niñez y en qué momento podemos considerar que un pequeño padece Enuresis o es propenso a ésta. Aunque la vida humana está dividida en 3 grandes etapas: infancia, adultez y vejez, dentro de estas encontramos particularidades y subdivisiones que nos ayudan a comprender mejor nuestro desarrollo y las necesidades de cada una de estas. En el caso de la infancia, podemos organizarla en dos grandes grupos: primera y segunda infancia. De acuerdo con las características propias de cada etapa, en este artículo queremos contarte cuándo los accidentes con orina pueden significar Enuresis.
El periodo más importante de tus pequeños
La primera infancia es un periodo que comprende desde el nacimiento hasta los 6 años, es una etapa en la que se establecen y desarrollan hábitos de higiene, conducta y socialización. También es el momento en que los pequeños adquieren los cimientos axiológicos de su sociedad, conocen las normas por medio de la convivencia con su familia nuclear y comprenden las reglas de socialización con sus pares en el preescolar. Es un periodo tan importante en la vida de un ser humano, que algunos autores afirman que marcará de por vida las conductas de las personas.
Fisiológicamente, es la fase en que empezamos a conocer nuestro cuerpo y usarlo para comunicarnos con el mundo, por lo tanto, todos nuestros movimientos son torpes y faltos de coordinación, somos muy sensibles a cambios en el ambiente y tenemos poco control de esfínteres, lo que significa que tener accidentes con orina, es natural, ya que el control del cuerpo no se ha establecido completamente, además de muchas situaciones que rodean al momento en que los pequeños se dan cuenta que necesitan ir al baño. Por ejemplo, si un pequeño de 5 años está jugando en el parque, tomará mucha agua y necesitará ir al baño, sin embargo, el juego será más importante en ese momento y es altamente probable que ignore sus necesidades fisiológicas. Durante esta etapa no se puede considerar Enuresis por algunos accidentes con orina.
Segunda infancia
Por otro lado, la segunda infancia. Periodo que inicia entre los 6 y 7 años, de acuerdo con la estimulación que cada niño haya recibido, es un momento en que la motricidad fina y gruesa se encuentran mejor establecidas. Es decir, podemos controlar mejor las acciones que realizamos, movimientos con las piernas y brazos, movimientos finos con las manos y otras acciones que requieren control de todas las extremidades y atención, como correr, saltar o moverse por espacios reducidos. También podemos reconocer la diferencia entre espacios públicos y privados, lo que nos lleva a buscar momentos de intimidad para ir al baño o asearnos, las reglas sociales básicas están establecidas y podemos reconocer que ir al baño en espacios públicos no es correcto e incluso sentimos vergüenza de que suceda. Podemos reconocer la prioridad de algunas necesidades y buscamos satisfacerlas por nuestros medios.
La importancia del control de esfínteres
El control de esfínteres debe estar regulado casi en su totalidad y por lo tanto es un momento en que “hacerse pipí” puede significar un accidente que viene de una situación en particular si es ocasional o un problema médico si es recurrente. Si un pequeño de 6 años se encuentra en una situación de estrés, es posible que tenga un accidente en la cama. Sin embargo, si no hay una razón evidente para que no quiera levantarse de la cama para ir al baño y los accidentes suceden de 2 a 3 veces por semana, es importante consultar con su pediatra.
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